En una sociedad cada vez más globalizada, en la que las personas cambian de ubicación laboral con una velocidad cada vez mayor, en donde los estados han perdido hegemonía a favor de las grandes corporaciones, que cada vez son más grande; en una sociedad donde pasan todas estas cosas, la involucración de las entidades privadas en las necesidades y problemáticas sociales se hace cada vez más necesaria.
Esta cuestión se ha hecho mas patente, cuando el responsable supremo de la Organización de Naciones Unidas Kofi Anan, hizo la siguiente declaración institucional:
Optemos por el poder de los mercados con la autoridad de los ideales universales. Optemos por conciliar las fuerzas creativas del espíritu de la empresa privada con las necesidades de los desfavorecidos y de las generaciones futuras (Kofi Anan).
Con estas palabras el máximo responsable de la ONU, clama a las Empresas para que se involucren en el reparto más equitativo de la riqueza y, de esta manera, evitar las grandes desigualdades existentes entre las personas de los distintos países y lugares, y sobre todo busca una mayor efectividad en la gestión de las acciones sociales.
Esto no significa que las empresas tengan la obligación de regalar dinero o realizar obras de caridad, no, lo único que se busca es que las empresas en su actuación cumplan con las disposiciones sociales establecidas, generen políticas que beneficien a la sociedad y animen a sus empleados a ser socialmente responsables.
Desde este punto de vista, los responsables de los Recursos Humanos han de trabajar intensamente para enfocar a la organización y a las personas que trabajan dentro de ella en compartir valores que favorezcan este tipo de actuaciones.