Acoso psicológico laboral



18.12.2005 Clarín.com Económico
OPINION

Acoso psicológico laboral

Jorge Mercado
La combinación de empleados talentosos y jefes inseguros "amenazados" por éstos, es el origen de la problemática del mobbing o acoso psicológico.
A esto se suma la habilidad del victimario para justificar el conflicto en la personalidad de la victima, haciendo ver al acosado como origen del problema y al despido o a la renuncia como desenlaces naturales.
El mobbing es una situación laboral orientada a humillar y a excluir al empleado.
Causa un importante número de desórdenes mentales e incluso suicidios de trabajadores, dando impunidad al acosador.
En la conferencia que dicté en la Universidad de la Marina Mercante sobre "Mobbing y Burnout, nombres nuevos a riesgos laborales viejos", me pareció interesante reflexionar acerca de que la prevención en el inicio de estos desarreglos de la salud mental y física, permite un importante ahorro en dinero (costos médicos y ausentismo), tanto para la empresa como para el país.
También mencioné estudios realizados en España y Alemania, que indican prudencia y atención para detectar mobbing horizontal entre compañeros de trabajo.
En nuestro país no existen estadísticas del acoso psicológico y de los riesgos laborales.
Sin embargo, se sabe que estas situaciones están fuertemente potenciadas por la amenaza del desempleo.
Si agregamos a esto la existencia de dos proyectos sobre las ART —uno del gobierno y otro de la industria— con diferencias notables, el escenario es de incertidumbre. Conviene tener en cuenta que el mayor beneficio se logrará desarrollando acciones coordinadas en los ámbitos público y privado.
Los objetivos son quebrar la indiferencia social y priorizar la definición de nuevos espacios: legales, periciales y de gestión, a fin de deslindar la simulación y mejorar la obtención de pruebas y testimonios para la administración de una justicia ecuánime.

Prevención de robos

Me permito alertar acerca de una modalidad de delito que, si bien no tiene época, ocurre preferentemente en el verano.

Se trata del suministro de sustancias hipnóticas que provocan pérdida del control y de la memoria.

En todos los casos, la persona -que se encuentra casi siempre sola- recibe y ejecuta órdenes sin oposición, desapareciendo los actos inteligentes de la voluntad y la memorización de hechos, lo cual es aprovechado por los delincuentes, que se dedican con tranquilidad a robar y en algunos casos a violar a sus victimas.

Las sustancias se absorben rápidamente y es por vía oral como frecuentemente se administran en forma de dulces, chocolatines, bebidas gaseosas, jugos, café y licor.

A través de la vía inhalatoria no se descartan sus efectos, como en cigarrillos preparados o por aplicación sobre la piel en sesiones de masajes.

Reitero, como se trata de un hipnógeno capaz de controlar a la víctima con el fin de cometer delitos, la persona se somete por completo a las órdenes del delincuente, sin presentar ninguna clase de oposición.

El efecto máximo se alcanza durante una a dos horas y cede paulatinamente.

Cómo impedir que nos ocurra

Las principales recomendaciones son:

No aceptar alimentos, golosinas, ni bebidas de extraños, sobre todo en taxis, micros de media y larga distancia y clubes nocturnos, que son los sitios donde se sabe que ocurren estos ataques.

No tomar sesiones de masajes sino en lugares reconocidos y preferentemente asistiendo con otras personas, que al ingresar en horarios distintos y al esperarse mutuamente, puedan advertir si alguno se retira con personas desconocidas o sospechosas.

Desconfiar de “infartantes señoritas” que dicen haber sido asaltadas y que necesitan tomar un café y unas pocas monedas para llamar por teléfono.

También desconfiar de “apuestos caballeros” que convidan mates o bebidas a señoras que visitan paseos, ferias artesanales o de antigüedades, etc, etc..


Qué hacer si nos sucede

La primera sensación es de embotamiento y luego empieza una percepción de oscurecimiento, como la que ocurre previa a los desmayos.
Antes del oscurecimiento todavía hay energía y reflejos para escapar y alertar a la persona más cercana, decir siempre que “se está solo” y que por favor, se lo envíe a un hospital.



Si Usted lo desea, puede comunicarse por este u otros temas vinculados a la Salud Mental o a la Psicología del Comportamiento en la Empresa.

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La importancia psicológica de los grupos

La característica social más marcada de este milenio -junto al desempleo- es el profundo sentimiento de soledad de las personas.

Sucede, que la eliminación de la intermediación humana (cajeros automáticos, correo electrónico, Internet, etc) en muchas actividades, va creando una sociedad de solitarios relativamente satisfechos, que hasta pueden ver por televisión una guerra -Irak.EEUU.- en el momento en que se producen los hechos.

Veamos entonces, nuestra relación con los grupos; nacemos en medio de dos personas, nuestros padres, en lo que se llama grupo primigenio o primario.

Aquí aparece la primera discusión; algunos dicen que grupo son tres integrantes y otros dicen que lo es a partir de dos, el argumento es que entre dos es factible tener criterios similares, siendo seguro, que entre tres; las opiniones sean discordantes o diferentes...

Decimos entonces, que la principal condición de los grupos es la variedad de opiniones, conductas, valores, religiones, etc. de cada uno de sus integrantes.

Son notables los fenómenos que en el individuo provoca el cruce de sus particularidades, con las del grupo, genera cambios tan importantes y tan intensos para él, como para el grupo; que también siente emociones, rechazo o aceptación, interés, curiosidad, deseo de hacer pagar “derecho de piso” , etc.

Por otra parte, durante toda nuestra vida aprendemos que los grupos son inevitables, no podemos elegirlos (ej. nuestros compañeros de trabajo) y que son generalmente de desconocidos.
Un grupo que sí decimos conocer es nuestra familia, pero tal vez no percibamos que es un grupo que no elegimos y por lo tanto, es con ese otro grupo, el de nuestros amigos- a los que sí hemos elegido- con quienes tenemos una afinidad distinta.

La gente suele decir: “para mí fulano es más que un hermano....”, deberíamos decir: “no es más, es otra cosa”..., fue elegido por sus particularidades, como nosotros fuimos elegidos por ellos.

En los adultos y gerontes, es esperable entonces, que no privilegien grupos siempre complacientes o de igual o único pensamiento, a pesar de lo tranquilizadoras que puedan ser esas relaciones porque siempre les dicen que sí a todo. Deberían acercarse a otras personas, entonces, con criterio maduro, ya que sólo nuestros amigos o los parientes que más nos aprecian, son los que se animan a hablarnos de nuestros errores, del “carácter”, etc., sin temor a molestarnos, para que, viendo lo que tratamos de no ver, intentemos modificarlo, si fuese ese nuestro deseo.

En otras notas referiremos cómo la Psicología, los grupos de reflexión y los grupos terapéuticos más precisamente, permiten trabajar en sintonía con estos objetivos.

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