No es lo mismo dialogar que discutir.




Dialogar según la RA española es::1. m. Plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos/ .diálogo de sordos.1. m. Conversación en la que los interlocutores no se prestan atención.

Consiste para nosotros en compartir en concordia ((Del lat. concordĭa).1. f. Conformidad y consentimiento,) dos o más personas, argumentos distintos acerca de un mismo tema, con el objetivo de llegar a un fin común o no.

Discutir por otro lado, según la RA española: en cambio es :(Del lat. discutĕre, disipar, resolver).1. tr. Dicho de dos o más personas: Examinar atenta y particularmente una materia.2. tr. Contender y alegar razones contra el parecer de alguien./p.e. Discutieron con el contratista sobre el precio de la obra.

Suena esto último para nosotros, vinculado a tratar de convencer a la otra u otras personas de que están equivocadas, y se acerca peligrosamente, a los sistemas de suma cero, donde uno gano todo y el otro o los otros, pierden todo.

Veamos entonces las diferencias, ya que en algunos ambientes, no se establece diferencia alguna, para términos y actitudes tan distintos.

En el diálogo, definido por lo racional, escuchamos los argumentos de los demás, luego respondemos en función de un análisis. E Incluso, podemos repreguntar lo que no entendemos o no nos parece claro, en términos de argumento.

En una discusión, en cambio, definida por lo pasional, generalmente no oímos ni escuchamos, o lo hacemos con la intención de encontrar algún error en la argumentación y utilizarlo para desacreditar a otras personas. 

En ningún momento hay intención alguna de aprender, encontrar una solución o llegar a un fin común. Es casi un ejercicio competitivo donde no se debe perder.

Las personas del tipo “piensa mal siempre” son discutidoras incansables, polemistas arrogantes sobre los mas distintos temas, eventualmente cínicas, y dialogar con ellas resulta casi imposible. Ya que atribuyen malas intenciones a todo lo que oyen y la discusión puede derivar en no pocos casos, en agresiones verbales, cuando no físicas.

Estos manejos notables para el observador ocasional, debemos detectarlos con claridad, ya que al ser tomados como propios, influyen de modo decisivo, en el comportamiento y en la calidad de nuestra vida de relación.


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